cherokee

Descripción

La representación española más nutrida a título de banda eléctrica en el Festival Pop Komm de Colonia atiende por el nombre de Cherokee. Se trata de un grupo procedente de Córdoba y abanderado en el flamenco mestizo.

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MAURILIO DE MIGUEL

EN las filas de Cherokee militan hasta diez músicos, capitaneados por un cuarteto que oficia como matriz real de la banda: el cantante José Antonio de los Reyes, (alias «el Negro»), el guitarrista Juan Antonio Reyes («el Gallo»), el también guitarrista Juan Fernández («el Punki»), y el percusionista Juan Rafael Reyes («el Uruguayo»). Total, toda una saga calé, al grito de guerra que reza Caballo loco.

Y es que así se titula el disco con el que han debutado, partiendo literalmente una lanza, una lanza india, por el encuentro entre el flamenco y las reminiscencias de la cultura cherokee.

«A mí me empezaron a llamar cherokee por la pinta que tengo, por los pelos largos», explica el cantante de la banda. Y Queco, su productor, puntualiza acto seguido: «Lejos de responder sólo a cuestiones de aspecto exterior o de moda cachonda, la cultura de los indios nos empezó a interesar por los parecidos que tenía con la gitana. En ella hay un trasfondo muy fuerte, que pasa por el culto a la naturaleza».

Queco es quien generó las ideas para la composición de buena parte de los temas de la banda y, después, señala cómo la lectura del libro El alma del indio les entusiasmó, proporcionándoles muchas de las claves del estilo de vida de los pieles rojas.

Las aficiones ecuestres, los rituales de boda... Muchos son, en opinión de José Antonio de los Reyes y Juan Fernández, los parecidos entre las culturas india y gitana, algo que les hace sentirse «más internacionales».

Pero la justificación final del nombre de la banda se encuentra tanto en los textos como en la acústica de su grabación. Invocaciones al espíritu purasangre, alusiones a la protección de la naturaleza... «Nuestras canciones son muy ecologistas -interviene Juan Fernando- y claman contra el racismo y las guerras injustas».

Sentires de cante hondo

Temas como el tituladoRecogiendo estrellas, que tratan de fundir los sentires del cante hondo e indígena, energía eléctrica y electrizante en los estribillos, cantos guerreros, himnos como estandartes, bases rítmicas de contundencia tribal, bulerías modernas... «Gipsy King llegó desde Francia a las listas de éxito americanas -comenta Queco- y todos nos quedamos asombrados de cómo podía pegar una fórmula tan sencilla como la que implica meter una batería de guitarras rumberas en escena. Después, comprendimos que el lenguaje del rock era lo mejor para acercar el flamenco a la gente joven. Porque si en algo creen a ciegas los Cherokee es en la necesidad de evolución que tiene el flamenco clásico».

Grabado en Madrid y Londres, pero editado en media Europa, a parte de lanzarse en los Estados Unidos y Latinoamérica, el álbum de Cherokee contó también en la producción con Phil Manzanera y, entre sus músicos de sesión, con Tino de Geraldo, el guitarrista Raimundo Amador, Manuel Malou, el violinista Bernardo Parrilla, los Carmona y las Peligro. Caballo loco posee, en definitiva, todo un cartel de instrumentistas.

«Lo cierto es que nosotros no hicimos el disco pensando en que fuera comercial -comentan al unísono los miembros de Cherokee-, sino para todos los públicos. Así que somos los primeros sorprendidos con la repercusión que está teniendo».

Los Cherokee prefieren ir de manzanilla y jamón pata negra, antes que «ponerse» de ninguna otra cosa a la hora de salir al escenario. «Es lo que hacían los padres del flamenco y nosotros, como ellos, tampoco entendemos que un chaval deba meterse tres rayas de coca para poder actuar», explica José Antonio de los Reyes. Pero los Cherokee no se definen como meros continuadores de la tradición flamenca, aunque sí la respetan.

El pasado

Caballo loco es un título antiquísimo en el cancionero flamenco -recuerda el cantante del grupo. La única forma de avanzar musicalmente consiste en no dejar de mirar hacia atrás. ¿Para qué vamos a seguir inventando, cuando hay tanto y tan bueno ya hecho?».

Los Cherokee parecen dispuestos a la actualización del repertorio gitano genuino, por más que a los ortodoxos del género les pueda disgustar «que se juege con cosas tan puras».

Y, sobre todo, a tenor de lo que Juan Fernández puntualiza: «Camarón abrió, con La leyenda del tiempo, nuevos caminos al flamenco y muchos de los que criticaban hace años su tratamiento de las raíces deben agradecerle, ahora, su divulgación».