cesar
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Estudié piano, solfeo, armonía y conjunto coral en el conservatorio de Valladolid. Cuando empezó a faltarme tiempo, tuve que escoger entre seguir los estudios de piano o tocar en bandas pop. Tocar en grupos era más ...
Publicado el 13/03/2008 17:00:50 | 3189 visitas
Descripción
Estudié piano, solfeo, armonía y conjunto coral en el conservatorio de Valladolid. Cuando empezó a faltarme tiempo, tuve que escoger entre seguir los estudios de piano o tocar en bandas pop. Tocar en grupos era más divertido...
Mis comienzos serios fueron en 1981 con Armando, Santi y Carlos en Vak Talar (Creo que sólo Armando continúa vivo en la escena musical de Valladolid). Allí hacíamos una especie de rock sinfónico de bastantes quilates que la crítica nunca apreció, pues era una corriente en vías de extinción. La verdad es que entonces no tenía ni pizca de ganas de hacer pop. Irónicamente, un año más tarde Santi y yo pasábamos a engrosar las filas de Objetivo Perdido, junto a Manolo, Chusma, Juan y Kiko.
La historia de Objetivo Perdido es más o menos recordada por los más viejos del lugar: un single y un maxi de bastante exito a nivel regional y no tanto a nivel nacional (No éramos de Madrid...!qué le íbamos a hacer!) y 5 temas repartidos en dos compilaciones.
Casi tocamos el cielo en 1984 llegando a la final del concurso de Radio Nacional Don Domingo (ganado en otras ediciones por Presuntos Implicados -1983- y Semen Up -1985-). El caso es que nos quedamos en eso: casi tocar el cielo. Un año más tarde Objetivo Perdido se disolvía y dejábamos paso a otros grupos que demostraban entonces un talento y frescura que empezábamos a perder (Mis favoritos eran Nadie y Automáticos, con esa fuerza formidable que les daba contar con Armando y Pirulo, dos percusionistas en escena. Lamentablemente tampoco pudieron triunfar en toda España)
En 1985 comenzó mi ostracismo musical. Decidí que la música como profesión es muy dura y casi nunca puedes hacer lo que quieres, si no lo que puedes vender. Así que les di una alegría a mis padres y me puse a estudiar informática.
Desde entonces no he vuelto a subir a un escenario, pero nunca he dejado de componer. La tecnología MIDIme ha permitido ir almacenando composiciones año tras año. Grabé tres de ellas en el estudio de Armando, pero cuando me desplacé a Luxemburgo a vivir, se hacía muy complicado continuar las grabaciones. Finalmente me hice con un pequeño estudio privado y eso me hapermitido grabar un puñado de mis composiciones en la tranquilidad de mi casa.
El hecho de ser músico a tiempo parcial te permite garantizar tu sustento sin necesidad de depender de los caprichos de críticos, productores o símplemente del público
En el libreto del libro podéis encontrar qué se esconde detrás de cada corte. Si el pan mío de cada día dependiera de mi música, no hubiera podido sacar a la luz todos estos temas nacidos algunos desde muy muy dentro de mí. Desde que dejé Objetivo Perdido ya no compongo pensando si mi música gustará al público, o a un cierto público. Compongo como quien se emborracha o como quien hace puenting. Es una necesidad que unas veces sirve para descargar adrenalina, otras para sobreponerse a los malos ratos sin pegarse un tiro en la cabeza, y algunas simplemente para divertirse.
En La sombra de mí mismo encontraréis distintos temas que podréis encuadrar perfectamente en estas tres categorías
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