Descripción
Su nombre de pila Gerardo Alonso Bolaños Rojas, vino al mundo en San José, Costa Rica, un 19 de febrero, nació con el estigma de la pobreza a cuestas, la lucha por la sobrevivencia la libró a temprana edad, asegura haber realizado varias labores de las cuales no se avergüenza, tales como, recolector de café, fumigador de cafetos, cargador de camiones, fabricar pisos, vendedor de tienda, entre otros muchos oficios realizados durante su adolescencia y juventud.
Ramón Luis Bolaños Venegas y María Julia Rojas Vargas se unieron en matrimonio, de esa unión nacieron más de una docena de hijos, entre ellos Alonso, un niño particular, el muchacho que todo lo aprendía, el cantante de voz que arrulladora, el hombre varonil, el modelo y un ejemplo a imitar. Doña Julia, aún no completaba los nueve meses de embarazo, cuando se escuchaba como un maullido de un gato, siendo esta la primera expresión del niño que cantaba en su vientre antes de nacer.
Los dolores de parto se le presentaron sin previo aviso, cuando se encontraba en casa, al norte de la capital, en el distrito de San Vicente de Santo Domingo de Heredia; por lo que no tuvo más alternativa que llamar a un vecino para que la llevase al Hospital Central de San José, para parir ahí mismo, a quién años más tarde sería quien llevaría muy en alto los apellidos de la familia, trayendo con la ayuda de Dios sustento, alegrías y estabilidad a su familia.
Alonso Bolaños, nació en San José, capital de Costa Rica, en el Hospital San Juan de Dios, ubicado en la avenida segunda de la ciudad capital, la familia Bolaños Rojas era numerosa, Doña Julia Rojas parió en veintiséis ocasiones, trayendo al mundo partos de trillizos y gemelos, treinta y dos en total; pero solo nueve vivieron por más tiempo y las necesidades económicas se incrementaban, pues estaban a la orden del día. Lo que el padre ganaba no era suficiente para cubrir los gastos más elementales, los hijos mayores desde la niñez y adolescencia misma, tuvieron que trabajar para ayudar al sostén de la casa, Alonso no fue la excepción. Todos los hijos de Don Ramón Bolaños y Doña Julia Rojas, nacieron en la época posterior a la Revolución de 1948, Dineth, la mayor, Julio Segundo, Flor de María, María de los Angeles, Clery Martha, María Lorena, Ramón Luis, Alonso y Jorge Iván, este último también cantante. Hubo otros hermanos, pero murieron recién nacidos o después de su nacimiento.
Realizó su primaria, en El Centro Educativo Santo Tomás y secundaria en el Colegio Santa María de Guadalupe, ésta última dirigida por religiosas. Al salir de la secundaria, su padre no pudo brindarle más preparación académica, por lo que opto por trabajar y estudiar cuando aún tenía quince años. Su empeño por salir adelante, le permitió emprender otros oficios, logrando hablar ingles, concluir una carrera en ciencias económicas, con un grado académico universitario de licenciatura.
De hecho se le cerraron las puertas; trabajaba en otras labores pero deseaba cantar. Se iba a estudiar por las noches, pues veía la carrera del canto dura y difícil, de regreso a su casa como no tenía para el taxi, se regresaba caminando. Duró años haciendo esta travesía, aunque así se las veía de palitos y quería que se acabara.
El cantante con proyección internacional, aprendió el arte musical en la Escuela de Promoción Artística de Santo Domingo de Heredia con el maestro Miguel Arango. También, las lecciones del maestro Amado Hernández, contribuyeron a muchos de sus logros. Aunque traía en su sangre la herencia musical, ya que su tío Efraín Astúa Rojas también cantaba por la década de los treinta; su madre veía con satisfacción que sus hijos cantaran, y fue inculcándoles en sus primeros pasos la afición al arte, que habría de convertir a Bolaños en la figura popular de la canción ranchera en Costa Rica años más tarde.
Las personas que han convivido con Bolaños, antes y después de enrumbar su carrera, manifiestan que tiene en su pecho un gran corazón, le gusta hacer obras benéficas, porque cuando niño era muy pobre. El cantante se llevaba tan bien con todos, que nadie se niega a hacerle un favor, por eso cuando quería llevarle serenata a sus novias o a las de sus amigos que de favor le pedían lo hiciera, siempre había quien le ofreciera un aventon en su auto.
Los que conocieron en su niñez, sienten un gran orgullo por haberlo tratado y por comprobar que sus triunfos artísticos no lo cambiaron para nada, gozan al contar sus experiencias y muestran su placer y enorme satisfacción por haber convivido estrechamente con él. Este cantante de voz privilegiada, tuvo como todos sus grandes ídolos, un inicio lleno de penurias, sinsabores y hasta desprecios a su arte, pero el hambre lo tiraba y el orgullo, las ganas de ser, lo levantaban y así tocó el esplendor de su carrera musical.
Entre la década de los ochentas y noventas, Bolaños se destacaba y la gente se identificaba con sus interpretaciones, lloraban, reían, sufrían y eran felices; junto con él, entonaban y sentían suyas las canciones del trovador, amaban al hombre, al muchacho humilde que salió de la pobreza y logró alcanzar su anhelo y lo que deseaba ser. La fascinación suscitada en torno a la personalidad y la imagen de quien fuera considerado el popular cantante de ranchero en Costa Rica, el interés y el afecto hacía que las nuevas generaciones se sumaran.
El deseo de Bolaños se estaba cumpliendo, su interés desmedido por cantar lo ha llevado a expresar en más de una ocasión lo mucho que le gustaría morir cantando, sus sueños se comenzaban a hacerse realidad, su vida fue la de un hombre que todo lo alcanzaba, seguramente, no en el momento deseado, pero si como lo esperaba. Él es admirado y querido por muchos, múltiples vestigios dan cuenta de su vida, su mirada de niño travieso, su sonrisa de hombre seductor y carácter indómito que siempre le caracteriza persisten. Además de ser algo serio y bromista a veces, como coinciden en señalar algunos amigos, siempre fue muy noviero. Su galanura y carisma fueron los elementos principales que le dieron éxito con el sexo femenino, que muchas chicas suspiren por él y con sus serenatas, pues asegura que no es un vicio sino una virtud.
Al principio, decían que en sus interpretaciones imitaba a Jorge Negrete, Pedro Infante, Javier Solís y muchas otras más estrellas de la canción ranchera, para él era un halago y lo sigue siendo. Pero por años ha estado buscando un estilo propio, el cual lo pueda identificar, de manera tal, que sea su carta de presentación donde quiera que se presente.
Cantó en concursos para aficionados, donde quiera que se realizaban y la mayoría de las veces salía vencedor. Una vez, le surgieron ir a probar suerte a varios programas televisivos, trabajando de vendedor en tienda de equipo fotográficos, ganando aproximadamente ciento cincuenta dólares americanos al mes. Visitó programas como: Fabulosos del Dos (Canal Dos de Costa Rica), cantó una balada, pero sin mayor éxito. También en el programa Super Fabuloso (Canal Cuatro de Costa Rica), pero sin suerte.
El 6 de abril de 1991 contrae matrimonio con Lorena Orocú, joven oriunda de Turrialba - Cartago. Con ella procrea dos niños, Emannuelle Alonso y Nathalie Paola; dice ser un padre estricto, pero por que ama a sus hijos y siempre quiere lo mejor para ellos. Estando ya casado, finalmente en el programa Fantástico, gracias a la Televisora Teletica, tuvo la oportunidad de participar en el “Festival Ranchero de Costa Rica”, cuyo evento demoró del 19 de setiembre de 1993 al 30 de enero de 1994, con la participación de aproximadamente 300 aspirantes. Este 30 de enero de 1994, bajo el acompañamiento del Mariachi Nacional de Costa Rica, Bolaños demostró ampliamente sus cualidades, resultando vencedor en el ámbito nacional de tan magno evento, en donde realmente encontró su género musical interpretando “México Lindo y Querido” y “Ay Jalisco no te Rajes”. Al lo largo del tiempo y desde 1994, una vez más Bolaños ha demostrado porque es el número uno en Costa Rica conservado aún, esa primerísima posición.
Su primer sueldo como cantante, fue de Aproximadamente cien dólares americanos al mes, en el Mariachi Azteca de Mario Solís y sólo tenía un trajecito de charro. De ahí, se enroló con otros mariachis a lo largo de varios años en el Restaurante La Esmeralda, ubicado en la capital, donde correteaba los carros a ver quién quería una serenata; se les pegaba a los clientes y les decía que si les gustaba cómo cantaba. Así trabajó algunos años, después se fue a trabajar a Heredia con el Mariachi Tapatio y luego se cambió al Mariachi Herediano. Ya cansado de tanto correr, comenzó a probar suerte como solista, adoptando el seudónimo de “El Charro Bolaños”. A través de la Radio Emisora América Latina, su papá, su madre y toda su familia lo escucharon por primera vez en la radio, gracias a la ayuda de la productora Gety Plama. Posteriormente se escucho, en emisoras como Radio Bahía, Radio Victoria, Radio Sonora y Radio Continente.
Con si fuera poco, también se presentó en programas televisivos como: La Subasta del Seis, La Esquina del Tango, La Rueda de la Fortuna y El Festival Ranchero de Canal Extra TV 42, para este último grabó unas seis interpretaciones. Su primer roce internacional, se llevo a cabo en agosto de 1996, cuando compartió escenario con “La Internacional Sonora Santanera de México” y cantó seis temas para un público de tres mil personas, que celebraban el “Día de las Madres” en el Castillo Country Club. Posterior a esta gran oportunidad, el Club Activo 20-30 Internacional lo ha invitado para el evento Teletón, donde ha participado en los años: 1997, 1998, 1999 y 2000. Espectáculos que le permitieron, adquirir mayor experiencia y roces con otros artistas como: José Julián y Pedro Fernández, ambos consagrados en el género ranchero en México y Latinoamérica.
Como cualquier ser humano, si claro, que ha llorado. La muerte de Don Ramón Bolaños el 1 de junio del 1998, fue un golpe terrible para Bolaños, quién sentía verdadera adoración por su padre. Como a las cuatro de la mañana y estando casi solo. Le pedío a Dios por él, como pudo, le lloró en sus adentros, le dio un beso a través del cristal, y cuando empezó a amanecer, vio más gente y se fue, porque no le gusta que le interrumpieran o le vieran cuando le saliera alguna lágrima.
Fue una misa llena de música, con una iglesia abarrotada; muchos de sus compañeros y amigos del ambiente artístico, tanto de Alonso como de su hermano Iván, los acompañaron. Al terminar la ceremonia, en las afueras de la iglesia, se encontraba el Mariachi Los Norteños de su amigo Mauricio Vega, quien se encargó de llenar de música ranchera las calles hasta el Cementerio Municipal de Santo Domingo de Heredia. Aún recuerda, y los sentimientos le llegan al alma con la canción “Mi Viejo”, pues fue entonada a la mitad del camino.
En el cementerio su hermano mayor Ramón Luis pidió, que Bolaños cantara por última vez a su padre, bajo acompañamiento del Mariachi Hermanos Calderón de su amigo Cabis Calderón, el mariachi hizo la introducción de la melodía Las Golondrinas, pero Bolaños estaba transido de dolor, lucho contra su voluntad y empezó a cantar, no terminó, pues había olvidado la letra, la gente conocía la causa, el dolor tiño sus ojos nublados por el llanto.
El día 3 de diciembre de 2000, en horas de la mañana, Bolaños recibió una llamada telefónica de los organizadores del concierto de Don Vicente Fernández, el estaba escéptico y no cría en lo que le informaban, al principio pensó que le tomaban el pelo con esa llamada, pero en una reunión por la tarde de ese mismo día tres de diciembre, todo se aclaró y la calidad artística del recomendado se conoció por los organizadores del espectáculo. El 10 de ese mismo año, surgió una oportunidad que hizo a Bolaños vislumbrar la posibilidad de forjar una carrera, cuando alguien recomendó a los organizadores de dicho concierto al desconocido Alonso Bolaños para actuar ese mismo día, con la más grande estrella de la canción ranchera de México, la calidad artística del recomendado se recibió fríamente.
Bolaños era firme en sus decisiones pero no obstinado para cavar su propia tumba artística, creía que esto le abría en el extranjero horizontes más amplios para sus ansias de triunfo. Pero no surgía ningún contrato que le permitiera comprobar sus deducciones. Sin embargo, el destino lo guiaba por la senda correcta. Con la ayuda del señor Leonel Obando Mendoza, su director artístico, a mediados de 2001, Alonso Bolaños graba su primer disco que incluye la melodía Momentos del compositor costarricense Mario Alberto Soto.
Sería muy largo escribir la trayectoria de Bolaños como artista y miembro de la Unión Musical Costarricense, por lo cuál señalaremos solamente, y con brevedad algunos de sus proyectos, que a su juicio considera que no son inalcanzables pero si algo arduos de lograr, tales como:
a) Diseñar planes estratégicos y tácticos para atraer a los desagremiados y normar sus actividades.
b) Planteó propuestas para obtener una sede propia con áreas de recreación y esparcimiento para los miembros y sus familiares.
c) A través Ley de República, propuso la búsqueda de profesionalizar el gremio.
d) Busca mayores beneficios desde el punto de vista médico y seguridad social para los miembros de la U.M.C..
e) Propuso y Promueve premios anuales en el ámbito nacional para todos los géneros musicales, mediante la coordinación con entidades públicas y privadas, para incentivar cada año, el desarrollo y avance profesional de cada uno de miembros de la UMC.
f) Propuso fomentar mensualmente la capacitación profesional y la educación musical de los miembros, mediante cursos, seminarios, talleres y otros.
g) Propuso la firma de convenios internacionacionales de mutua representación y cooperación.
Alonso Bolaños es un gran colaborador en ámbito artístico de Costa Rica y sus compañeros respetan su labor. Es una realidad, una vivencia e historia colectiva, cinta cinematográfica de múltiples finales, novela aún no-escrita, biografía no autorizada, imagen de colores diversos, hechizo generacional y sentimiento masificado. En Bolaños la realidad y la fantasía, se conjugan para delinear, dar forma y contenido al cantante, mil amores, imagen y escultura a la masculinidad, el atractivo y querido charro, pasión de las mujeres, admiración y envidia de muchos.
Su destacado canto lo ha convertido sino en el más grande cantante de ranchero en Costa Rica, si en el más amado y querido por el pueblo tico. Este cantante, sale a escena para convertirse en una leyenda viviente, es un joven cualquiera, un hombre de origen humilde, surgido prácticamente de la nada, se parece a todos y a ninguno, es la expresión concretada de los sueños y de aspiraciones múltiples, la personificación viva del pueblo pobre que busca ser identificado y representado.
Opiniones de Alonso Bolaños